¿Cómo calmar a un perro asustado por la pólvora? 5 consejos
La pólvora vuelve a encender la alerta en Navidad, una época difícil para muchos perros que sufren estrés y miedo por el ruido. ¿Qué hacer?
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RCN Radio
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La llegada del 24 de diciembre suele venir acompañada de ilusión, reuniones en familia, platos tradicionales y celebraciones que se repiten cada año. Es una fecha para compartir, agradecer y disfrutar alrededor de la mesa. Sin embargo, en medio de la alegría navideña, también aparecen preocupaciones que van más allá de los regalos y la cena, especialmente cuando pensamos en el bienestar de nuestras mascotas y de los perros que viven en las calles.
Durante esta y otras celebraciones de fin de año, el uso de pólvora y fuegos artificiales se convierte en una constante en muchas ciudades y municipios. Aunque para algunas personas estos sonidos representan fiesta y emoción, para los perros significan una de las principales causas de estrés, miedo y ansiedad.
Los estruendos fuertes, repetitivos e impredecibles pueden generar reacciones intensas en los animales, que van desde temblores y jadeo excesivo hasta intentos de huida, desorientación o comportamientos destructivos.
Este temor no debe minimizarse ni interpretarse como un simple susto pasajero. Los perros tienen un sentido del oído mucho más desarrollado que el de los humanos, lo que les permite percibir sonidos a una intensidad mucho mayor.
Además, al no comprender el origen de los ruidos ni anticipar cuándo terminarán, su cerebro los interpreta como una amenaza real. Por esta razón, acompañarlos de manera adecuada durante estas fechas resulta clave para proteger su bienestar físico y emocional.
Con el objetivo de ayudar a las familias a vivir una Navidad más tranquila junto a sus mascotas, especialistas recomiendan una serie de acciones prácticas que pueden marcar la diferencia durante las noches de pólvora.
5 consejos clave para cuidar a tu perro de la pólvora
- Crear un refugio seguro dentro del hogar
Uno de los primeros pasos es preparar un espacio tranquilo donde el perro pueda sentirse protegido. Lo ideal es elegir una habitación interior, alejada de ventanas y puertas, donde el ruido exterior sea menor. Allí se pueden ubicar su cama, mantas y juguetes favoritos, elementos que le resulten familiares y reconfortantes.
Cerrar cortinas y persianas ayuda a reducir estímulos visuales, mientras que una jaula abierta y cubierta, si el perro está acostumbrado a ella, puede convertirse en un refugio seguro. Es importante que el animal pueda entrar y salir libremente, sin sentirse obligado a permanecer en ese lugar.
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- Reducir el impacto del ruido exterior
Disminuir el sonido de la pólvora puede tener un efecto positivo en el comportamiento del perro. Encender el televisor, poner música suave o utilizar sonidos ambientales sirve para amortiguar los estruendos y evitar que el animal esté en constante estado de alerta.
Aunque estas medidas no eliminan por completo el ruido, sí ayudan a reducir su intensidad y a generar un ambiente más controlado dentro del hogar.
- Mantener la calma y acompañarlo
Los perros son especialmente sensibles al estado emocional de las personas que los rodean. Si perciben nerviosismo, angustia o tensión, su miedo puede intensificarse. Por eso, mantener la calma, hablarles con voz suave y permanecer cerca cuando buscan contacto físico les transmite seguridad.
No es recomendable regañarlos por su comportamiento ni ignorarlos por completo. El equilibrio está en acompañar, brindar apoyo y permitir que se sientan protegidos sin dramatizar la situación.

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