"Voto de tinieblas" o la resurrección de una monja enclaustrada en virtud de la escritura: Rodrigo Parra Sandoval
Diferentes capas de sentido se entretejen en esta fabulosa y sensual novela de la monja emparedada.
Por:
José Luis García
El escritor Rodrigo Parra Sandoval
Foto: Colprensa
A partir de su imaginación y audacia, una monja enclaustrada cuenta en la más absoluta oscuridad y silencio de una tumba-morada su dramática y espiritual historia personal y los desarrollos científicos y sociales que se están dando en un mundo que transcurre en el filo de lo religioso y lo racional. Y lo hace con la tinta de sus jugos corporales, el lápiz de su dedo y el papel de su cuerpo. Para ello debe acudir a los recursos sensuales y creativos de la masturbación y la fantasía.
Así nos lo cuenta el reconocido sociólogo, profesor y ensayista Rodrigo Parra Sandoval, uno de los más importantes y valiosos escritores de la literatura colombiana, en esa joya literaria que es la novela "Voto de tinieblas. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna", publicada en 2012 y reeditada recientemente por el Fondo de Cultura Económica.
En un revelador diálogo con RCN Clásica, nos dice que "eso es una mezcla de ambas cosas. ¿Cómo cuenta uno eso, la verdad? Cómo cuenta una cosa que es histórica, pero no es exactamente histórica lo que se está contando. Es invención, pero no es solamente invención, sino que es una mezcla de las dos cosas. Entonces, una de las cosas difíciles era encontrar un lenguaje en el que cupiera lo religioso y cupiera lo científico, el mundo de la racionalidad".
Aunque la lectura y venta de su obra no ha sido masiva entre el público lector, las editoriales y las librerías, el maestro Parra Sandoval ha sorprendido a los críticos y el mundo académico con el sello de su prosa poética, su denodado estudio y su ingenio creativo en obras como "El álbum secreto del Sagrado Corazón" (1978), "La amante de Shakespeare" (1989), "Tarzán y el filósofo desnudo" (1996), "El don de Juan" (Premio Nacional de Novela, 2002) y "Museo de lo inútil" (Mención de Honor Premio Casa de las Américas, 2006).
Diferentes capas de sentido se entretejen en esta fabulosa y sensual novela de la monja emparedada, que al mismo tiempo es la narradora y protagonista de la polisémica historia. El relato se mueve entre la ficción, la realidad, la religión, el erotismo, la espiritualidad, la crítica, la filosofía, la ciencia, la medicina y la razón. En síntesis, entre lo imaginativo y lo histórico.
"Hay formas diferentes de imaginación, que es lo que predomina, pero tiene una base en la realidad. El mundo de la monja existía y existe todavía en el país, pero en esa época era más fuerte. El mundo religioso apenas estaba empezando a perder fuerza, pero también está allí José Celestino Mutis haciendo cosas con su Expedición Botánica. Ambas cosas existen, solo que están la una muriendo y la otro naciendo. Sobre ese espinazo doble es que cabalgan las acciones que pasan allí".
Es como la dualidad existencial y profesional de Parra Sandoval, a caballo entre la religión, por un lado, y la sociología, por el otro. Ese trasegar vital ha hecho posible la invención y existencia de una obra literaria de esta naturaleza. "En mi adolescencia estuve en el seminario de Cali los seis años del bachillerato, y pues de allí tengo mucha información sobre el mundo de la Iglesia y sobre el mundo sacerdotal que practicaban los monjes católicos en esa época. Y también mucha cercanía con el mundo de las monjas (...). De allí viene la manera de contar lo religioso de la novela. Y, por otra parte, pues la sociología es una ciencia que estudia la sociedad: cómo se organiza, cómo es el poder, todos los fenómenos sociales que constituyen la vida de una nación".
Una monja anónima
A lo largo de la alucinante lectura de estas estremecedoras 272 páginas del "Voto de tinieblas" no llegamos a conocer nunca el nombre ni la identidad personal de nuestra monja enclaustrada, murada, emparedada, anónima; de nuestra narradora; de nuestra protagonista. ¿Por qué?
"Una de las cosas que se hace al hacer el voto de aislamiento, el voto de silencio, todos esos votos que hacen las monjas uno después de otro; una de las cosas que se niega es el nombre que uno tiene en el mundo y allá le dan otro nombre, verdad, o se queda sin nombre. Es como separarse del mundo no solo fisicamente, sino desde el punto de vista de la entidad de uno, de la manera de ver el mundo uno, de la manera de amar. Muchas cosas que uno tiene que dejar, que abandonar para poder vivir en ese mundo. Ellas son parte del hecho de vivir en este mundo. Entonces, por eso, digamos, hay una pérdida de la identidad cívica o civil de la monja, y ella adopta los elementos que son del mundo religioso".
Entre las múltiples posibilidades de interpretación y de lectura de esta bella, honda y compleja novela o "biografía o autobiografía apócrifa", como reza en sus líneas la narradora-protagonista, me parece que también es un homenaje a la escritura como vehículo de redención, de liberación, de encontrarse con uno mismo e, incluso, de acercarse a Dios. El maestro va más allá cargando de un conmovedor sentido la capa más profunda de su significación.
"La monja está allí sin ningún poder humano, verdad, pero tiene la imaginación de la escritura, de esa forma de escritura. Entonces, al escribir ella hace un acto de resurrección, es una resurrección porque le permite a ella vivir por medio de esa escritura y después dar cuenta al mundo de lo que sucedió allí a partir de esta escritura en un sitio donde está encerrada para que no tenga comunicación con nadie, ni pueda comunicar su vida a nadie. Un mundo que la aniquila y ella de allí extrae la vida, que después escribe ese argumento, y ese documento es la novela".
Como si la sorpresa y el estremecimiento no hubieran sido ya suficientes, al llegar al final del texto el lector se encuentra con una bibliografía. Sí, una bibliografía al final de una novela que, pese a tener componentes históricos y científicos, es básicamente un texto de ficción, basado en la imaginación desbordada del autor-narrador Rodrigo Parra Sandoval a través de la voz y la mirada de la narratoria-protagonista monja anónima. ¿Se imaginan a García Márquez publicando la bibliografía de los libros consultados al final de "Cien años de soledad" o a Juan Gabriel Vásquez haciendo lo propio con "Los nombres de Feliza"?
Entre otros, en la biliografía aparecen libros como los "Tristes trópicos", de Claude Lévi-Strauss, y las "Obras completas", de Santa Teresa. Una demostración de la honestidad, claridad y transparencia obsesiva de Parra Sandoval, producto de la vasta formación y quehacer académico, científico e investigativo que han llevado al valluno en sus 87 años de vida a ser también considerado uno de los más importantes investigadores en educación en América Latina. Una forma de "mostrar al lector cómo escribió uno el libro", como nos dice con su inconmensurable sencillez y grandeza.
Fuente: Sistema Integrado de Información
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