Hiperhidrosis palmar y axilar: qué es, causas, tratamiento y prevención
La hiperhidrosis puede clasificarse en dos tipos: primaria y secundaria. Conozca un poco más sobre este diagnóstico.
Por:
July Morales
Hiperhidrosis palmar y axilar: qué es, causas, tratamiento y prevención
Foto: Collage RCN Radio - Pixabay.
La hiperhidrosis es una condición médica que se caracteriza por una sudoración excesiva e involuntaria, mucho más allá de la que se necesita para regular la temperatura corporal.
Este trastorno puede tener un impacto profundo en la vida de las personas que lo padecen, afectando su bienestar emocional, social y profesional. En particular, la hiperhidrosis palmar y axilar son las formas más comunes de esta afección, que pueden ser motivo de vergüenza y ansiedad.
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Hiperhidrosis palmar y axilar: qué es, causas, tratamiento y prevención
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 1% y el 3% de la población mundial padece hiperhidrosis, una cifra considerable que refleja la importancia de entender tanto sus causas como sus tratamientos.
La doctora Olga Lucía Forero, dermatóloga experta en el manejo de la hiperhidrosis, explica que esta condición no solo afecta a las personas desde un punto de vista físico, sino que también incide negativamente en su calidad de vida. “La hiperhidrosis no es solo un problema estético. Puede tener un impacto emocional, social y profesional profundo, llevando a quienes la padecen a evitar situaciones cotidianas como dar la mano o usar ropa que evidencie las manchas de sudor”, señala la especialista.
Causas y factores de riesgo
La hiperhidrosis puede clasificarse en dos tipos: primaria y secundaria.
- La hiperhidrosis primaria no está asociada a ninguna otra enfermedad y suele ser hereditaria, lo que significa que tiene una fuerte predisposición genética. Esta forma de la afección suele comenzar antes de los 25 años, afectando especialmente las palmas de las manos, las axilas, los pies y la cara.
- En contraste, la hiperhidrosis secundaria es el resultado de otras condiciones médicas como la diabetes, la obesidad, los trastornos tiroideos o la menopausia. En estos casos, la sudoración excesiva es un síntoma secundario de la enfermedad subyacente.
Entre los factores de riesgo más destacados se encuentran:
- Historia familiar: hasta un 30% de los pacientes con hiperhidrosis tienen antecedentes familiares de la condición, lo que refuerza la importancia de la genética en su aparición.
- Edad temprana: la hiperhidrosis primaria suele manifestarse en la adolescencia o en la adultez temprana, lo que aumenta su impacto social y emocional durante una etapa de la vida particularmente sensible.
- Estrés y ansiedad: son factores desencadenantes o exacerbantes de la sudoración excesiva. En situaciones de alta tensión emocional, el cuerpo responde aumentando la producción de sudor, lo que puede intensificar los síntomas de la hiperhidrosis.
Diagnóstico
El diagnóstico de la hiperhidrosis se hace mediante una evaluación clínica exhaustiva. Los dermatólogos suelen usar pruebas como el test de almidón-yodo, que tiñe las áreas donde la sudoración es excesiva, permitiendo identificar con precisión las zonas afectadas.
Además, se utilizan escalas de impacto para determinar cómo esta afección afecta la calidad de vida del paciente. Si el sudor es excesivo y no está relacionado con una función termorreguladora del cuerpo, el diagnóstico de hiperhidrosis se confirma.
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Tratamiento
Afortunadamente, existen diversos tratamientos que pueden aliviar significativamente los síntomas de la hiperhidrosis. La doctora Forero destaca que “hoy en día contamos con una variedad de tratamientos efectivos que pueden mejorar la vida de los pacientes”, lo que brinda esperanza a aquellos que padecen esta condición. Los tratamientos incluyen:
- Antitranspirantes con cloruro de aluminio: son la primera línea de tratamiento y suelen ser efectivos en muchos casos. Se aplican directamente sobre la piel afectada para bloquear temporalmente las glándulas sudoríparas.
- Toxina botulínica: su aplicación en las axilas y las palmas de las manos es una solución eficaz para bloquear las glándulas sudoríparas y reducir la sudoración excesiva.
- Iontoforesis: este tratamiento se utiliza especialmente para la hiperhidrosis palmar, y consiste en el paso de corriente eléctrica de baja intensidad para reducir la actividad de las glándulas sudoríparas.
- Tratamientos sistémicos: medicamentos orales que reducen la sudoración, utilizados en casos más graves.
- Simpatectomía torácica: un procedimiento quirúrgico reservado para aquellos casos de hiperhidrosis refractaria, es decir, cuando otros tratamientos no han tenido éxito.
Prevención y manejo
Aunque la hiperhidrosis no siempre puede prevenirse, sí es posible manejarla eficazmente adoptando ciertos hábitos. La evitación de factores desencadenantes como el estrés, la cafeína o el consumo excesivo de alimentos picantes reduce la sudoración excesiva. Además, el uso de ropa transpirable y la consulta temprana con un especialista son fundamentales para el control adecuado de la afección.
La clave está en la detección temprana y en buscar ayuda médica para encontrar la solución más adecuada a cada caso, lo que puede devolver la confianza y el bienestar emocional a los pacientes. Como indica la doctora Forero, "es fundamental buscar ayuda médica si la sudoración excesiva afecta su día a día".
Fuente: Sistema Integrado Digital.
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