¿Por qué nos cuesta tanto decir "NO"? La ciencia revela las razones detrás de esta dificultad
Según la experta, la dificultad para decir "no" está arraigada en la educación y la cultura. Le contamos cómo afrontar esta situación.
Por:
Erika Villanueva
La ciencia revela por qué nos cuesta decir no.
Foto: Creado con Grok- IA de X
Decir "no" puede resultar complicado para muchas personas, y la ciencia ha explorado las razones de esta dificultad. Estudios en psicología y neurociencia sugieren que rechazar una petición o negarse a algo activa respuestas emocionales y sociales que generan incomodidad.
Una de las principales razones es el miedo al conflicto o a la desaprobación. Según investigaciones, los seres humanos están programados para buscar la aceptación social, un mecanismo evolutivo que favorece la cooperación y la supervivencia. Decir "no" puede percibirse como una amenaza para las relaciones interpersonales, lo que lleva a muchas personas a evitar el rechazo directo.
Además, la neurociencia ha identificado que decir "sí" activa áreas del cerebro asociadas con la recompensa, como el núcleo accumbens. Esto sugiere que aceptar peticiones o compromisos genera una sensación de gratificación inmediata, mientras que decir "no" no ofrece el mismo beneficio emocional a corto plazo.
Carolina Botero García, profesora de psicología de la Universidad Javeriana, explicó en una entrevista con El Café de RCN Radio por qué muchas personas tienen dificultades para decir "no" y cómo esto impacta su bienestar emocional y físico.
Factores culturales y familiares
Según la experta, la dificultad para decir "no" está arraigada en la educación y la cultura. En muchas familias, se fomenta la complacencia y se percibe el autocuidado como un acto de egoísmo. Desde la infancia, se prioriza el bienestar de los demás sobre el propio, lo que dificulta establecer límites saludables en la adultez.
Consecuencias de no saber decir "no"
No establecer límites claros puede afectar la autoestima y la percepción personal. Las personas que evitan constantemente el "no" pueden experimentar:
- Baja autoestima por la falta de reafirmación personal.
- Inseguridad en la toma de decisiones.
- Estrés y ansiedad por la acumulación de compromisos no deseados.
- Deterioro físico, debido a hábitos poco saludables relacionados con la falta de autocuidado.
- Mayor vulnerabilidad a la manipulación y la violencia psicológica.
Botero destaca que quienes aprenden a decir "no" de manera asertiva fortalecen su identidad y mejoran sus relaciones interpersonales. La asertividad permite expresar pensamientos y necesidades sin agredir ni someterse a los deseos de los demás.
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Cómo aprender a decir "no" sin culpa
La psicóloga propone estrategias para mejorar la capacidad de establecer límites:
- Reconocer el derecho a decir "no". Es una decisión válida y necesaria para el bienestar personal.
- Enfocarse en uno mismo. En lugar de justificar el "no" con excusas, se recomienda hablar desde la propia necesidad: "No puedo en este momento" o "Prefiero no hacerlo".
- Ser directo y claro. Expresar la negativa sin rodeos y sin necesidad de disculparse.
- Ofrecer alternativas. En algunos casos, se puede sugerir otra opción para evitar afectar las relaciones.
- Practicar la asertividad. Ensayar respuestas en diversas situaciones ayuda a fortalecer la confianza para decir "no" en momentos importantes.
Saber decir "no" mejora la salud mental, fortalece las relaciones interpersonales y reduce la carga emocional. Según Botero, el temor a la reacción de los demás no debe impedir que una persona ponga su bienestar en primer lugar.
Aprender a decir "no" es una habilidad esencial, y desarrollar esta capacidad puede marcar la diferencia en la autoestima, la salud mental y la calidad de las relaciones. Como concluye la experta: "Si alguien nos rechaza por ser claros y honestos, quizás esa persona no sea tan importante como pensábamos".
Fuente: Sistema Integrado Digital
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