Justicia británica niega a hombre totalmente paralizado su "derecho a morir"

A pesar de reconocer la tragedia del caso de Tony Nicklinson, de 58 años y víctima del síndrome del cautiverio, los tres jueces de la Alta Corte británica estimaron que no correspondía a la justicia alejarse de la posición legal, según la cual "la eutanasia voluntaria es un asesinato", sean cuales sean sus motivaciones. Los jueces estimaron que corresponde al Parlamento cambiar la ley y que todo cambio "debería estar rodeado de garantías que solo el Parlamento puede decidir". Tony Nicklinson, víctima de un infarto cerebral en 2005, se encuentra totalmente paralizado y depende de otra persona para su día a día. No puede hablar, se comunica gracias a una pizarra electrónica o a un ordenador y calificó su vida de "insoportable". Nicklinson pidió poder beneficiarse, cuando lo deseara, de la ayuda de un médico para morir al no poder hacer él mismo ningún movimiento para quitarse la vida. Una segunda víctima de este síndrome, que pidió permanecer en el anonimato y ser identificado como "Martin", de 47 años, también perdió su lucha ante la justicia para beneficiarse de la eutanasia. La Alta Corte de Justicia británica abrió la puerta a su petición, al declarar, el pasado mes de marzo, admisible el caso de Tony Nicklinson. La Corte juzgó que tenía derecho a solicitar "que no sea ilegal que un médico ponga fin o ayude a poner fin a sus días en base a la necesidad", teniendo en cuenta que su gran discapacidad no le permitiría poner fin por sí mismo a sus días. La eutanasia y el suicidio asistido son ilegales en Reino Unido, pero una comisión de investigación recomendó en enero que el Parlamento examinara la ley, con el objetivo de autorizar a los médicos a ayudar a los enfermos en fase terminal a poner fin a sus días.Siga las noticias de RCN Radio en WhatsappSiga las noticias de RCN Radio en Google News