La Cámara de Representante de EE.UU. aprueba en una ajustada votación mega proyecto de ley económico de Trump
Dentro del paquete se incluye un impuesto a las remesas del 3.5% y deberá ser discutido en el Senado
Por:
Juan Camilo Cely
Donald Trump, JD Vance y Mike Johnson en la Convención Republicana
Foto: AFP
En una ajustadísima votación de 215 votos a favor frente a 214 en contra, la Cámara de Representantes aprobó este jueves por la mañana el ambicioso proyecto legislativo fiscal, migratorio y militar del presidente Donald Trump, bautizado formalmente como One Big Beautiful Bill. La medida, que ahora se dirige al Senado, representa la apuesta más amplia y arriesgada del segundo mandato de Trump para transformar el Estado federal, la economía y las políticas de inmigración.
La legislación extiende recortes impositivos por billones de dólares aprobados durante el primer mandato de Trump y añade nuevos beneficios fiscales —como la eliminación de impuestos a propinas y horas extras—, al tiempo que aumenta el gasto en defensa y refuerza la campaña de deportaciones masivas.
Pero el costo proyectado es monumental: según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), el plan añadirá 2,4 billones de dólares a la deuda nacional en una década, la cual ya supera los 36 billones.
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Recortes sociales y riesgo sanitario
Para compensar parcialmente el gasto, el proyecto contempla recortes de más de un billón de dólares en programas sociales en 10 años, incluidos casi 500 mil millones a Medicare, lo que obligaría a futuros ajustes legislativos para evitar exceder los límites legales de déficit. Más de 8,7 millones de personas perderían su cobertura de Medicaid y se proyecta que otros 7,6 millones quedarían sin seguro médico.
A pesar de estos impactos, los líderes republicanos defendieron el plan como un estímulo clave para la economía. "Tendrán más dinero en sus bolsillos", aseguró el líder de la mayoría, Steve Scalise (Luisiana), frente a un grupo de activistas conservadores. Sin embargo, los mercados reaccionaron con inquietud: los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron ante el temor a un incremento en el déficit.
Trump y su puño en el Congreso
Buena parte del contenido de la legislación proviene directamente de los discursos de campaña del propio Trump. Según confesó en mítines, la idea de eliminar impuestos a las propinas surgió de una conversación con una camarera, mientras que la exención a las horas extra fue anunciada días después en otro acto. El proyecto reemplazó una promesa fallida de eliminar impuestos al Seguro Social con un bono fiscal de $4,000 para mayores.
Cuando las divisiones internas amenazaron con hundir el proyecto, Trump intervino personalmente. En enero, habló en un retiro del Partido Republicano en su resort de Florida, donde se delinearon los puntos centrales del plan. Luego, en momentos críticos, el presidente convenció a legisladores indecisos llamándolos uno a uno desde la Casa Blanca, según fuentes presentes.
“El presidente fue clave. Es un maestro. El maestro de los acuerdos”, dijo Eric Burlison (Misuri), miembro del ala fiscalista dura del partido.
Fracturas internas y concesiones clave
El debate interno, sin embargo, fue feroz. Durante más de 24 horas, la Cámara sesionó en medio de tensiones entre el ultraconservador Freedom Caucus, que exigía recortes más profundos al gasto, y los moderados de estados demócratas, que buscaban aliviar el impacto de las medidas fiscales en sus votantes.
La discusión se centró especialmente en el límite de deducciones fiscales estatales y locales (SALT), fijado en $10,000 desde 2017. En una reunión privada el martes, Trump reprendió tanto a los defensores de SALT como a quienes exigían recortes más radicales en Medicaid, generando interpretaciones contradictorias.
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Finalmente, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, logró destrabar el proceso acordando un aumento del límite SALT a $40,000 para quienes ganen menos de $500,000 a partir de 2025, con incrementos anuales del 1%. La concesión permitió sumar los votos necesarios de legisladores como Nick LaLota (Nueva York), quien había advertido: “Si se resuelve SALT, el proyecto despega”.
Sin apoyo unánime
El acuerdo dejó al Freedom Caucus inconforme, ya que las restricciones adicionales a Medicaid no se incorporaron. "Esta es una fecha límite completamente arbitraria", criticó el miércoles el representante Scott Perry (Pensilvania), refiriéndose al plazo del Día de los Caídos impuesto por Johnson.
Horas después, con el respaldo presidencial y sin mayores cambios al texto, los indecisos cedieron. "¿Cuándo he dicho 'no'?", dijo Clay Higgins (Luisiana), que el día anterior se había opuesto al proyecto. "Logramos el resultado más conservador posible. No dudamos en eso".
Ahora, el destino del One Big Beautiful Bill queda en manos del Senado, donde las diferencias ideológicas, los riesgos fiscales y la presión electoral en pleno año presidencial anticipan otra ronda de batalla legislativa.
Fuente: Sistema Integrado de Información
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